
Presencia de microplástico en el chicle: De acuerdo con la investigación, se encontró un promedio de 100 partículas de microplástico por cada gramo de chicle y, en algunos casos, se liberaron hasta 637 partículas por gramo, que son liberadas al masticar la goma de mascar. Tanto chicles naturales como sintéticos liberan estas partículas de microplástico y la mayoría se sueltan en los primeros 2 minutos, entre ellas se encuentras polietileno, polipropileno y PET, así se dio a conocer después de analizar 5 marcas de chicles sintéticos y 5 de chicles naturales. Las 10 marcas de chicles están disponibles en el mercado y para llevar a cabo el estudio, una sola persona masticó 7 unidades de cada tipo por 4 minutos, recolectando muestras de saliva cada 30 segundos y posteriormente se enjuagó la boca combinando todos los líquidos en una muestra única y después se realizó una segunda prueba con una duración de 20 minutos para analizar cómo varía la liberación de partículas con el tiempo.
“Sorprendentemente, tanto los chicles sintéticos como los naturales liberaron cantidades similares de microplásticos al masticarlos”, sostuvo el autor de la investigación, aclarando que el fenómeno no sucede por la acción enzimática de la saliva, sino por la abrasión mecánica que se da al masticar. Mohanty indicó que las personas que mascan unos 180 chicles al año podrían entonces ingerir cerca de 30,000 microplásticos, sin embargo, es considerada una cantidad insignificante comparada con otras muchas ocasiones en que se pueden ingerir microplásticos. No obstante, se destacó que no hay pruebas de una relación directa entre los microplásticos y alteraciones de la salud humana, el estudio buscaba poner de relieve la vía poco explorada de las diminutas fracciones de plástico que entran al organismo cuando se mastica chicle.
Chicle y su impacto ambiental: Más allá de representar un posible riesgo para la salud humana, el desecho equivocado de los chicles luego de masticarlos representa un problema ambiental, algo que se ha cuestionado desde hace años. Un chicle arrojado al suelo puede liberar plásticos al entorno, contaminar suelos y llegar a cuerpos de agua, sumándose al ya enorme problema global de la contaminación plástica, que afecta suelos, mares, aire y todo el entorno donde nos desenvolvemos. “El plástico que se libera en la saliva es una pequeña fracción del plástico presente en el chicle. Así que, cuida el medio ambiente y no lo tires afuera ni lo pegues en la pared”, concluyó Mohanty.